A casi todos los hombres les gusta hablar de coches y se sienten cómodos en conversaciones sobre el mundo del motor. Es uno de los mitos que parece confirmarse, según una reciente encuesta realizada por una empresa farmacéutica. Aunque la conclusión más sorprendente de este estudio es que los hombres parecen saber más de sus coches que de su propia anatomía.
Según los datos de la encuesta de Lloyds pharmacy Online Doctor, nueve de cada diez hombres sabían localizar con total seguridad la varilla de aceite de su coche, mientras que solo la mitad de los consultados fueron capaces de identificar partes claves de su propio cuerpo.
Resultados sorprendentes
El estudio, realizado entre 1.500 británicos, demostró que el 89% de los hombres sabían dónde estaba el radiador de su vehículo, pero solo el 52% fue capaz de ubicar correctamente las distintas partes de sus órganos sexuales, como los tejidos encargados de la producción del semen o el área que conecta con los testículos.
Aún más preocupante, un sorprendente 12% de los encuestados creía que algunas de las partes vitales de sus órganos sexuales se encontraban en ¡¡¡la oreja!!!
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Disfunción eréctil Aunque en el mundo de los automóviles la mayoría de los hombres podrían recitar de carrerilla las principales características técnicas de sus coches favoritos y los principales puntos a favor y en contra en las distintas pruebas realizadas por expertos, en materia de sexualidad todavía siguen perviviendo muchos mitos infundados y que no tienen ningún respaldo científico.
Así, por ejemplo, una tercera parte de los encuestados pensaba que llevar pantalones demasiado ajustados podría ser el origen de la disfunción eréctil, mientras que el 10% creían que la causa podría ser un exceso de masturbación.
Bajo el capó "Las dos cosas más importantes para la mayoría de los hombres son su vida sexual y su coche", ha argumentado el doctor Tom Brett, experto en salud sexual de la empresa a cargo de la encuesta. "Si el coche no funciona correctamente, el varón británico no tienen ningún problema en abrir el capó y comprobar qué puede estar pasando. Pero cuando se trata de sus propios órganos sexuales, es menos probable que los hombres detecten un problema en potencia. Bastante a menudo, esta actitud se debe a la vergüenza y a la táctica del avestruz ", concluyó Brett.
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