Haz cuentas: más de 2 años de gasolina "gratis"
Ya hablé aquí tiempo atrás de la posibilidad que brinda la oferta de coches usados de optar o aspirar a más con criterio y sin locura en estos tiempos inciertos. Hoy me gustaría ir un paso más allá, partiendo una lanza a favor de esas mecánicas “paleolíticas” que las “modas” y el miedo infundado han dejado en la cuneta. Hablo de esos coches con “motores gordos” con los que muchos una vez soñaron.
La crisis es muy real, pero no por ello deja de tener un perverso lado psicológico. Si, como nos han vendido, muchos antes vivieron por encima de sus posibilidades, ahora parece que se da el efecto contrario. Ayer mismo, yo me descubrí buscando la pegatina de eficiencia energética en la caja del cepillo de dientes eléctrico que intentaba comprar, con objeto de compararlo con su competencia… No fuera a ser que su elevado consumo diera al traste con mi economía, aún a riesgo de mi salud bucal.
Pues con los coches, lo mismo. Al mail de mi web siguen llegando consultas del tipo “quiero cambiar mi coche por otro que consuma menos”, muchas de las cuales me veo obligado a responder más con sentido común que con conocimiento técnico (si en estos casos lo que se persigue es el ahorro, no tiene sentido gastarse más dinero en la compra de un coche nuevo… A menos que el cambio sea inevitable, claro). Si la crisis y el qué pasará toman las riendas de todas nuestras decisiones, la paranoia está servida.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte -tímidamente, pero en número creciente-, surgen preguntas de aficionados al mundo de la automoción que piden mi juicio (aunque yo creo que lo que buscan es mi respaldo) para lanzarse en plancha a por esa mecánica V6, V8 o superior que han visto recientemente online a un precio de derribo.
¿Por qué son más baratas las mecánicas de gasolina? ¿Dónde las puedo encontrar?
Tanto oportunistas como “gourmets” han encontrado en webs como Autocasion.com el refrendo de un fenómeno que ya nos es cotidiano: grandes motores a importes diminutos.
Esto se da fundamentalmente en mecánicas de gasolina, aunque ciertos vehículos de gasóleo, con dos o más propulsores en su oferta, pueden verse también afectados en distinta medida -y por distintos motivos, generalmente-.
Coches con mecánicas potentes o de gama alta son ahora más asequibles en el mercado de segunda mano.
Aquí y ahora lo puedes comprobar a golpe de buscador. Entre coches equivalentes en modelo, potencia, año, estado, kilometraje y equipamiento, la opción de gasolina de “toda la vida” suele ser un 20% más económica, llegando las diferencias hasta casi el 30% a medida que escalamos de gama y los afectados suman fama de “gastones”.
Si bien el automóvil con mecánica de gasolina ya presenta un ligero ahorro en el panorama del vehículo nuevo, en el sector del coche de ocasión esta diferencia se acrecienta de forma espectacular. La razón es sencilla: con los vehículos de segunda mano, la gente, principalmente, busca ahorrar, y por ello estos coches tienen una peor salida, lo que obliga a ofertarlos a unprecio mucho más rebajado para atraer la atención sobre ellos. Y al parecer, poco a poco lo están consiguiendo.
Y es que poder optar a todo un V8 de tropecientos mil caballos de fuerza y par de camión era algo al alcance de muy pocos… hasta que ahora surgen con precios inferiores a los 25.000 euros. Y ojo, hablo de automóviles con no mucho más de 5 años y cerca de 100.000 kms: todo un chollo si analizamos la operación y el resultado nos compensa.
Ahorra 8.400 euros… o consigue 31 meses de gasolina “gratis”
He hecho esta simulación con un modelo en cuestión que no voy a revelar, pero del que hay un buen número de ejemplares a la venta. Sólo diré que es de gama alta -los llamados “coches ejecutivos”-. He cogido tres diésel y dos gasolina (porque no encontré más) equivalentes, incluso para asegurar la validez de la comparativa, he visto en persona dos de ellos -al resto de los propietarios los he machacado solicitando información detallada y fotos-.
De los automóviles seleccionados, la mayor diferencia económica estaba entre -obviamente- el diésel más nuevo (octubre de 2007) y el gasolina más antiguo (enero de 2007). Y esa diferencia era de… ¡8.400 euros!
El consumo medio real de uno era de 6,7 litros a los 100 km para el diésel y 11 litros a los 100 km el gasolina. Sacamos la calculadora. A 1,42 euros de media la sin plomo 95, 8.400 euros nos dan para casi 6.000 litros de combustible. Con semejante cantidad podemos hacer 53.770 km. Esto son dos veces y tres cuartos el kilometraje que conductor medio realiza al año. Total, que tenemos 31 meses de gasolina “gratis” por delante y, si haces menos de 20.000 km al año… multiplica.
Ante semejante desfase en el precio de adquisición, no parece ya tan descabellada la alternativa. Pero no es sólo eso. En cuanto a experiencia de conducción, donde uno brama, el otro jadea, y a pesar de que la moda actual del downsizing nos diga que menos es más, más siempre será más (como sucedió en los años 70, superada la psicosis petrolera).
Los “contras” de un “motor gordo” de gasolina
Por otro lado, hay algunas consideraciones añadidas, a saber: es verdad que, en su mayoría, hablamos de mecánicas de fiabilidad garantizada dadas sus generosas cilindradas y escasa complejidad, con menos elementos susceptibles de fallo. Pero tampoco es menos cierto que supaso por el taller para una somera revisión puede resultar más costoso, aunque la posibilidad de recurrir a un especialista ajeno al taller oficial lo haga más llevadero.
También su seguro será de un importe más elevado, igual que el impuesto de circulación -esto es un tema de potencia fiscal, no más-. Y tal vez en un futuro las ciudades más grandes y populosas cobren un impuesto o tasa a los coches más contaminantes (aunque esto esté mal medido) por circular en su interior. Esto, por ejemplo, ya lo practica Londres desde hace tiempo.
Como colofón, añadir que, de seguir con la tendencia actual (diésel porque sí hasta en la sopa), tu coche, una vez que pase por tus manos y vuelva al mercado, valdrá lo mismo que una bolsa de ganchitos… caducada o vacía.
Pero aun sabiendo todo esto, un par de compañeros de profesión y otros tres amigos han apostado pocos meses atrás por varios de estos coches. Yo lo hice hace años. Y oye, aún no me he arrepentido.
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