El estudio, titulado “¿La culpa es siempre del otro? La influencia de la empatía en la conducción”, es el primero de estas características realizado en España ayuda a entender un poco el comportamiento psicológico de los conductores en nuestro país.
Según este trabajo, un 54% de los conductores españoles son empáticos en su vida cotidiana pero cuando se ponen al volante de sus vehículos, un 32% dejan de serlo y solo un 22% continúan siéndolo.
Además, el 86% de los encuestados cree que conducir de manera empática supone algún tipo de beneficio para la seguridad vial, mientras que sólo un 1% cree que no.
Una de las conclusiones principales de este estudio es que el 22% de los conductores creen que la "culpa es del otro", el 67% que las culpas son "más de ellos que de los otros" y el 10% que la "culpa es de ellos".
La empatía es la habilidad para entender y compartir, en un contexto común, los pensamientos y emociones de otras personas. Esa capacidad de ponerse en el lugar de los demás, constituye unos de los factores más determinantes de la inteligencia emocional.
Un 54% de los conductores españoles son empáticos en su vida cotidiana pero cuando se ponen al volante de sus vehículos, un 32% dejan de serlo.
De los distintos tipos de empatía, el estudio de Attitudes se ha centrado en la empatía cognitiva, es decir, en la capacidad de comprender el punto de vista de otras personas y de captar sus intenciones y motivos. A nivel de conducción, sería la capacidad de prever las acciones de los otros conductores. En este contexto del tráfico la empatía desempeña un papel fundamental para prevenir conflictos viales.
El perfil del conductor empático español es: hombre o mujer, de entre 39 y 50 años de edad, con un nivel de estudios superiores, que hace un uso racional del vehículo y que mayoritariamente realiza desplazamientos por motivos de trabajo.
Según los resultados del estudio, el 24% de los conductores españoles nunca conduce de manera empática, el 54% lo hace con un nivel intermedio y el 22% lo hace de manera muy empática. Es decir, que de cada diez conductores españoles, la empatía está presente o muy presente en ocho de ellos, y no está nada presente en otros dos conductores.
Entre las personas más jóvenes (de 18 a 29
años) y entre las personas con más edad (más de 74 años), se observa un mayor porcentaje de personas no empáticas (29% y 27%, respectivamente).
Entre los encuestados sin estudios o con estudios primarios, un 20% tiene poca empatía y un 61% tiene un nivel de empatía intermedio. Por contra, entre los que tienen estudios universitarios, se observa un mayor porcentaje de personas con nivel alto de empatía (25%).
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Respecto a los hábitos y tipo de conducción, destacan como menos empáticos los conductores que cogen el coche siempre que pueden. Y en cuanto a usos de la conducción, los menos empáticos son los que cogen el coche fundamentalmente para llevar los niños a la escuela (28%). Por el contrario, los desplazamientos que se realizan durante el trabajo (32%) y los viajes familiares (25%) son los motivos que concentran una mayor cantidad de conductores empáticos.
Por comunidades autónomas, Asturias y Cantabria (31%) y Comunidad Valenciana y Canarias (25%) son las comunidades autónomas donde se conduce de manera más empática, mientras que Extremadura (34%), Cataluña (31%) y Castilla-León y Murcia (29%) son las comunidades autónomas con menos.
Los beneficios que creen los conductores españoles que aporta la empatía a la conducción son que previene accidentes de tráfico (50%), evita situaciones de riesgo (38%), evita escenarios que puedan derivar en discusiones entre los conductores (27%), facilita la fluidez del tráfico (24%) y hace que se produzcan menos incidentes en la circulación (21%). Otros beneficios de la empatía según los encuestados son: facilitar que los conductores asuman sus responsabilidades (9%), cometer menos infracciones e imprudencias (12%), anticiparse mejor a las actuaciones del resto de usuarios de las vías (9%) y ser más respetuoso con las normas (13%).
Entre las situaciones de tráfico donde se observan más diferencias de comportamiento entre conductores empáticos y no empáticos figuran la reacción de hacer señales (luces, claxon) para presionar a otros vehículos y el adelantamiento por la derecha cuando se va a una velocidad superior a la permitida. Además, la empatía en la conducción tiene una relación significativa con algunas conductas de riesgo como no respetar la distancia de seguridad o conducir a una velocidad superior a la permitida.
Los más jóvenes y los más mayores son los conductores menos empáticos
De los datos obtenidos, se desprende que el nivel de empatía se modifica en función del rol que se desempeña en el tráfico. Así, los peatones son los usuarios de las vías públicas que se perciben como más empáticos seguidos de los conductores de turismo, mientras que los motoristas son los que se perciben como menos empáticos seguidos de los ciclistas.
La primera conclusión importante del estudio es que los conductores no empáticos asumen menos responsabilidades en la conducción. La tendencia mayoritaria entre los conductores españoles es pensar, en situaciones de conflictos viales, que la culpa es siempre de los otros, siendo los conductores no empáticos los que más lo piensan y los que asumen menos responsabilidades en la conducción.
Otra conclusión importante que refleja el estudio es que entre los conductores empáticos hay más respeto por las normas (67%) que entre los conductores no empáticos (56%). Por lo que se refiere a las sanciones, entre los encuestados a los que se les ha retirado algún punto del carné o el carné, el número de conductores poco empáticos (32%) es superior al de conductores muy empáticos (21%).
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