Varios fabricantes alemanes plantean que el uso de cajas negras podría solventar algunos de los problemas legales que impiden la comercialización de los coches autónomos.
Puede que el más conocido sea el de Google, pero ya son varios los coches preparados para conducir solos. El problema es que existen lagunas legales que impiden su comercialización. Para solventarlas, varios fabricantes recomiendan el uso de cajas negras en los coches autónomos.
La idea ha surgido en Alemania, un país especialmente preocupado por la seguridad vial, donde no terminan de ver claro que una máquina decida, por ejemplo, dónde, cuándo y cómo adelantar. Instalar cajas negras, similares a la que montan los aviones ayudaría, entre otras cosas, a que las asegudoras confíen en los coches autónomos, pues el registro de los datos permitiría saber quién ha tenido la culpa (el coche o el conductor) en caso de accidente.

La idea de instalar cajas negras en los vehículos no es nueva (hace tiempo EE.UU lo propuso, pero para todos los coches). En Alemania, se ha planteado como parte de los temas a tratar en la mesa redonda sobre conducción autónoma organizada por varias entidades del país. Su objetivo es que cuestiones legales y de seguridad no alejen a Alemania del primer puesto en la carrera por el desarrollo y la comercialización de coches autónomos.
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Desde Alemania trabajan con datos que apuntan que el 90% de los accidentes se producen por errores humanos, de manera que piensan que sería muy positivo que la máquina pueda tratar de solventar algunos de estos errores (del mismo modo que la tecnología ayuda a los pilotos de aviones en el despegue y el aterrizaje).
El uso de cajas negras también permitiría crear primas de seguros adaptadas a las circunstancia de cada coche y conductor.
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