lunes, 3 de noviembre de 2014

Cae un 18% el precio del petróleo, pero la gasolina apenas baja un 3%

Llenar el depósito de gasolina del coche cuesta cada vez un poco menos. En los tres últimos meses, tanto el precio de la gasolina como el del gasóleo han descendido en torno a un tres por ciento. Este porcentaje, sin embargo, es ridículo si lo comparamos con la caída del precio del petróleo. Desde el 1 de agosto el barril brent ha disminuido casi un 20 por ciento en los mercados internacionales.
Los empresarios del sector también escurren el bulto y al final todo debe ser provocado por el ‘efecto pluma’, es decir que cuando sube el precio del petróleo se traslada casi de forma inmediata a los carburantes, pero cuando baja el ‘crudo’ apenas se reducen unos céntimos las gasolinas.
Para comprobar este efecto no hay que remontarse mucho. Del 1 de agosto a hace unos días, apenas tres meses, el barril brent ha pasado de 105 dólares a los 87 actuales. Esto que parece una buena noticia para todos los automovilistas no se ha trasladado a los bolsillos de los automovilistas cuando han ido a repostar sus vehículos. Si a principios de agosto, el precio de gasolina y diesel era 1,399 euros y 1,349, respectivamente, a día de hoy apenas ha bajado unos centimos y en las estaciones de servicio se vende a 1,365 y 1,305.
Esto significa que mientras el precio del barril de petróleo ha bajado un 18 por ciento en estos tres meses, el de los carburantes lo ha hecho entre el 3 y el 3,3 por ciento, depende de si ha repostado gasolina o diésel.
Si analizamos la evolución desde el pasado uno de agosto nos encontramos con situaciones curiosas. De hecho, lejos de ser, en mayor o menor medida, paralela, en los primeros diez días de septiembre la gasolina y el diésel seguian subiendo a pesar de que el precio del barril estaba en caída libre. El 9 de septiembre una de las gasolineras tomadas como referencia para este análisis colocaba su precio más alto, con 1,455 para la gasolina y 1,384 del diésel. Fue el punto de inflexión ya que, a partir de entonces se ha producido una bajada constante pero muy leve. De hecho, el diferencial entre el precio más alto y el más bajo en estos meses ha sido de poco más de diez céntimos por litro en la gasolina -el 21 de octubre se marcó el precio más bajo en 1,349 céntimos- y ocho céntimos para el gasóleo -1,299, el pasado 24 de octubre-.
Además, durante septiembre, los precios del carburante se han mantenido estables, tanto es así que empezaron como acabaron, es decir 1,439 para la gasolina y 1,369 para el gasóleo. No ha sido hasta el 5 de octubre cuando se ha consolidado la tendencia ‘bajista’. Ese día, las gasolineras analizadas marcaban 1,439 y 1,359, respectivamente. A partir de ahí, han ido cayendo los precios hasta los 1,365 y 1,305 actuales.
El comportamiento del precio del barril ha sido más homogéneo y, en teoría, ‘positivo’ para el bolsillo de los consumidores, ya que, salvo pequeñas excepciones, ha ido descendiendo a diario desde el pasado uno de agosto.
¿Y dónde se queda todo ese diferencial?. «Ésa es la pregunta del millón», apunta Rafael Pizarro, vicepresidente y portavoz de la Agrupación de Vendedores al por menor de Carburantes y Combustibles de Castilla y León (Avecal).
Hay varios factores que pueden explicar que el desplome del precio del petróleo no se corresponda en la misma medida y a la misma velocidad que el de los carburantes. La divisa puede ser uno de ellos, ya que el barril se vende en dólares y España compra en euros. «Si el euro se deprecia, pagamos más por la misma cantidad», indica. Aquí estaría el primer problema.

La distribución. El siguiente y quizá uno de los más graves, la distribución. Las empresas que se dedican a ello en España han ido subiendo su margen bruto de ganancia tal y como recoge el informe mensual de supervisión de la distribución de carburantes en estaciones de servicio de los meses de julio y agosto -últimos datos de referencia-. En él se indica que «en julio, el margen bruto promedio de la gasolina 95 se incrementó un 5,3%, hasta situarse en los 16,4 céntimos por litro. De igual forma, en agosto volvió a aumentar un 4,0%, alcanzando los 17,1 céntimos» y añade «en agosto, el margen bruto de la gasolina 95 en España fue superior en 5,2 céntimos por litro al indicador correspondiente de la UE-6, lo que supone un aumento del 12,9% frente a la diferencia registrada en julio». Es decir, que los márgenes de las distrubidoras españolas son más elevados que los del resto de Europa.
El tercer punto de inflexión es algo que nos grava a los castellanos y leoneses. Se trata del polémico recargo sobre el impuesto de hidrocarburos, conocido también como ‘céntimo sanitario. Esta tasa, que se aplica en la Comunidad desde el 1 de marzo de 2012, hace que el litro de combustible sea 4,8 céntimos de euro más caro, si bien a partir del próximo 1 de enero, el ‘tramo’ se reducirá a 1,6 céntimos, una rebaja sustancial, aunque «insuficiente e injusta» para asociaciones de consumidores y vendedores.
Todas estas cuestiones hacen que el desplome del barril de crudo -un 25 por ciento global en lo que va de año, un 18 desde agosto- tenga sólo un ligero efecto en las gasolineras.
Las estaciones de servicio que operan en la Comunidad son más afines de lo que, en principio, pueda parecer al consumidor. De hecho, a muchas de ellas les iría mucho mejor con precios más baratos, debido a que su ganancia depende de los litros de combustible que vendan. «Estamos cansados de que se haya disparado el precio. Yo gano en función de los litros que venda, porque la estación pertenece a una gran distribuidora y cuanto más barata sea más gasolina se reposta», reconocía el gerente de una de ellas.

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