martes, 16 de agosto de 2011

Opel Insignia OPC : Pasión de Conducir

Automóvil Zona, 12 de agosto de 2011

El Insignia ha sido un revulsivo para Opel, un coche de diseño atractivo, bien hecho, con una gama amplia, buenos motores y tres carrocerías, berlina de cuatro y cinco puertas y familiar que rivalizan en belleza. Sin duda un acierto, pero ya suenan los tambores en el horizonte que traen cambios, algunos retoques y nuevos motores, nada que cambie en exceso el panorama, pero que me impulsa a sacar la prueba del cajón para traerla aquí. Además, la prueba no es la de un Insignia más… hablamos del OPC.

Lo mejor: Prestaciones, tecnología
Lo peor: Tacto del cambio
Precio: 39.297 euros

Lo único que no me ha gustado del Insignia es la campaña de publicidad en televisión. No me gusta que se hable del placer de conducir, te hagan pensar en BMW, se refieran a la calidad de las berlinas alemanas para luego afirmar que no estabas pensando en este coche… creo que es contraproducente, pero ellos sabrán. Me gusta el Insignia, y más el OPC, aunque posiblemente luego me compraría el Diesel, aunque solo sea por la autonomía. Pero el OPC me ha entusiasmado. Es un coche discreto y bien decorado, de forma que todo aquel que entienda un poco de coches… en este país, como de fútbol y de Fórmula 1, todos sabemos de coches, sabrá que está ante un purasangre de cuidado. Pero lo mejor es que es un coche amplio y cómodo y que cualquiera que se suba a su interior no percibirá el nivel de prestaciones salvo por la cara de placer el conductor o la visión del velocímetro. Rápido, cómodo, discreto, silencioso… lo tiene casi todo.



El motor es el 2.8 V6 Turbo de 325 CV, que viene a dar vida al Opel, de serie, más potente de la historia, con un par motor de 435 Nm estable desde las 1.900 hasta las 4.500 rpm, lo quiere decir que siempre hay chicha bajo el pedal del acelerador. Tanto que no hay que insistir mucho para ver los 250 km/h, velocidad máxima limitada electrónicamente, claro que esto solo se puede hacer en un circuito o en algunas de esas carreteras de Alemania, porque aquí te meten en la cárcel, te quitan el coche, el carnet, el dinero y no sé que más. Lo que si se puede es acelerar de 0 a 100 km/h en poco más de seis segundos. El motor 2.8 V6 Turbo retocado por los especialistas de OPC cuenta con una puesta a punto especial de la electrónica que aporta una mayor presión de sobrealimentación que llega hasta 0,9 bar. Además se incluye un nuevo sistema de escape desarrollado por la firma Remus que reduce la retención, es de acero inoxidable, un 20% más ligero que los del resto de la gama y para que el sonido tenga también su parte de magia los especialistas en acústica han desarrollado nuevos silenciadores centrales y posteriores, con lo que se consigue ese ruido “gordo” difícil de explicar con palabras. Las versiones OPC, que si no recuerdo mal eran por Opel Performance Center indican los mismos que AMG a Mercedes o la M de Motorsport a los BMW por poner un par de ejemplos. He indican que se trata den un “pepino” como posiblemente dirían los de Abarth, elaborado, no preparado, el caso es que este Opel además de un motor de 325 CV incluye un sofisticado sistema de tracción integral adaptativa y un diferencial autoblocante controlado electrónicamente, amén de un sistema de suspensión denominado FlexRide puesto a punto para hacer el vándalo con los mejores resultados posibles, o para ir muy rápido con una sensación de control absoluto en todo momento.



Con este Insignia los ingenieros de OPC rompen con la tradición en cuanto al sistema de tracción, porque es la primera vez que recurren a la tracción total, y a tenor de cómo funciona, es obvio que deberían usarlo más a menudo. La tracción integral permanente asociada al diferencial autoblocante controlado electrónicamente en el eje trasero consigue que toda la potencia del motor pase a las ruedas sin pérdidas de motricidad. Se agradece especialmente en trazados virados, en la salida de las curvas, en el momento de volver a acelerar. En circuito lo cierto es que llega a mostrarse ligeramente torpe porque el tren delantero tira mucho y muestra una tendencia que llega a ser subviradora. Del mismo modo hay que decir que los frenos cumplen con creces gracias a los grandes discos perforados de 355 mm con pinzas Brembo de aluminio y cuatro pistones que de serie montan pastillas de altas prestaciones. Me gustaron los frenos y me gustaron las ruedas, en este caso unos buenos Pirelli PZero en 245 mm con llantas de 19 pulgadas… las gomas funcionan bien aunque deben ser un poco blandas, excelentes por prestaciones pero no tanto por longevidad, o eso, o que le dimos mucha leña, el caso es que vuelvo a estar en la lista menos blanca de Opel en cuanto a consumidores excesivos de goma…

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